QUÉ SIGNIFICA EL «MOVIMIENTO» IRANÍ. Enrico Tomaselli.

Enrico Tomaselli.

Imagen: Allexxandar, Shutterstock

18 de enero 2024.

Irán tiene ante sí grandes perspectivas, derivadas no sólo de sus estrechas relaciones con Rusia y China, ambos líderes en el impulso a la multipolaridad, sino también de las grandes ventajas que ofrece su posición geográfica estratégica en la perspectiva de los corredores euroasiáticos.


Aunque el marco del conflicto de Oriente Medio es extremadamente articulado y complejo, además de presagiar peligrosas escaladas, es imposible no observar cómo el Eje de la Resistencia -y especialmente Irán y Hezbolá- ha demostrado hasta ahora una gran capacidad de gestión estratégica y táctica del conflicto, calibrando cuidadosamente cada movimiento. Por eso el ataque múltiple iraní del otro día ha despertado no poco asombro, precisamente porque parece una ruptura de esa capacidad de equilibrio mostrada hasta ahora. Pero ¿es realmente así?

Consideremos primero los principales aspectos del ataque. Se atacaron objetivos hostiles en Siria (ISIS) e Irak (Mossad), dos países más que amigos, y en Pakistán (Jaish Ul-Adl), país con el que Teherán mantiene buenas relaciones -incluso se planeó un ejercicio naval conjunto en estos días-.

Aparte de que Irak, y especialmente Pakistán, protestaron de forma significativa, lo que era casi obligatorio desde un punto de vista político-diplomático, lo cierto es que estos ataques se llevaron a cabo sin ningún intento de reacción; de hecho, en ningún caso se activó el sistema de defensa antimisiles.

Esto significa que, ciertamente en lo que respecta a Siria (y por tanto a Rusia) y Pakistán, los países en cuyo territorio se encontraban los objetivos estaban prevenidos. En cuanto a Irak, cuyo gobierno había sido ciertamente alertado, hay que añadir otra consideración: los misiles balísticos utilizados realizaron un vuelo de más de 1.200 km, ya que fueron lanzados deliberadamente desde una posición distante, en el sur de Irán, mientras que el objetivo, al estar situado en el Kurdistán iraquí, habría sido mucho más fácil atacar desde la región iraní.

Esta elección tenía un doble valor, político y militar, a saber, demostrar la capacidad iraní de atacar con gran precisión y a gran distancia (un mensaje dirigido sobre todo a Israel), pero también que los sistemas de interceptación y defensa antimisiles estadounidenses, ampliamente presentes tanto en Irak como en Siria, fueron tomados por sorpresa/pasados ​​por alto.

En cuanto al ataque contra la base del Mossad en Erbil, hay que añadir que (a pesar de que la región del Kurdistán iraquí es un enclave en gran medida autónomo y fuertemente vinculado tanto a EEUU como a Israel) también demostró claramente la capacidad de penetración de la inteligencia de Teherán.

La cuestión del ataque al Belucistán paquistaní, a la luz de la enérgica reacción de Islamabad, parece más compleja, pero también aquí -además de la no activación de las defensas antimisiles- hay que tener en cuenta la particular naturaleza del Estado paquistaní, en cuyo seno actúan poderes (internos y externos) también muy diferentes y enfrentados.

Las fuerzas armadas, y los servicios secretos (ISI), están muy bien conectados con Estados Unidos, desde los tiempos de la guerrilla antisoviética en Afganistán, pero también bastante impregnados de influencias fundamentalistas islámicas, mientras que el gobierno (también en función antiindia, históricamente prorruso) está deseoso de mantener una relación privilegiada con Washington. Apenas merece la pena mencionar que fue precisamente a instancias de Estados Unidos como se liquidó al incómodo presidente Imran Khan… Es muy probable, por tanto, que a algunas de las fuerzas internas no les gustara la medida iraní y forzaran una reacción adecuada.

La noticia de hoy es que Pakistán ha llevado a cabo una serie de ataques selectivos contra «escondites terroristas» en Irán; Al igual que Teherán, Islamabad ha declarado que respeta la soberanía de Irán y que su acción es exclusivamente antiterrorista. E incluso en este caso, las defensas iraníes no fueron activadas…

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Por tanto, volviendo a la pregunta inicial, si estamos o no ante un fracaso de la moderación iraní, añadiendo al panorama la reivindicación del ataque a dos barcos israelíes en el océano Índico, pero también la ausencia de movimientos directos contra EEUU, creo que puede decirse que estamos ante algo más.

Irán tiene ante sí grandes perspectivas, derivadas no sólo de sus estrechas relaciones con Rusia y China, ambos líderes en el impulso a la multipolaridad, sino también de las grandes ventajas que ofrece su posición geográfica estratégica en la perspectiva de los corredores euroasiáticos.

Por tanto, no tiene ningún interés en llegar a un enfrentamiento con Estados Unidos, y prefiere ejercer, como está haciendo efectivamente, una fuerte presión para expulsar sus bases militares de la región, sin llegar al conflicto abierto. Pero, al mismo tiempo, y precisamente desde la perspectiva antes mencionada, siente tanto la necesidad de afirmar su papel como potencia regional líder como que han madurado las condiciones internas e internacionales para que esto ocurra.

En este sentido, el movimiento de Irán debe leerse como una señal dirigida a las demás potencias regionales -Arabia Saudí y Turquía en primer lugar-, así como al enemigo histórico de Israel, para que empiecen a aceptar la idea de que Irán (más de cuarenta años después de la revolución jomeinista), no sólo no puede ser liquidado ni marginado, sino que es un sujeto geopolítico con el que deben llegar a un acuerdo, y con el que es mejor buscar una coexistencia pacífica que perseguir el sueño de derrocar a su gobierno. Veremos quién y cómo capta el mensaje.

Traducción nuestra.


*Enrico Tomaselli es Director de arte del festival Magmart, diseñador gráfico y web, desarrollador web, director de video, experto en nuevos medios, experto en comunicación, políticas culturales, y autor de artículos sobre arte y cultura.

Fuente original: Giubbe Rosse News

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