UNA CASA BLANCA ASUSTADA APRESURA CERRAR SUS ACUERDOS CON ARABIA SAUDITA: ¡»SALVANDO AL DÓLAR»! Alastair Crooke.

Alastair Crooke.

Imagen: OTL.

05 de agosto 2023.

Este es el quid: Biden está desesperado por que Riad compre bonos del Tesoro y los siga comprando.


El viernes pasado, Biden dijo que podría estar en perspectiva un acuerdo de «normalización» con Arabia Saudí: «Puede que haya un acercamiento en marcha«, dijo Biden a contribuyentes electorales en un acto en Maine.

El veterano columnista estadounidense Tom Friedman escribió, tras su encuentro directo con Biden, que éste estaba trabajando en un «pacto de seguridad mutua» entre Estados Unidos y Arabia Saudí, que podría culminar con la «normalización» de los lazos de Arabia Saudí con «Israel».

Los detalles del supuesto acuerdo son los siguientes:

Uno: un tratado de seguridad mutua a nivel de la OTAN que obligaría a EEUU a acudir en defensa de Arabia Saudí si es atacada (muy probablemente por Irán), dos: un programa nuclear civil, supervisado por EEUU, y tres, la capacidad de comprar… el sistema de misiles antibalísticos Terminal High Altitude Area Defence.

Sin embargo, esta normalización, según Friedman, estaría supeditada a que no se produjera la «anexión» de Cisjordania y a que «Israel hiciera concesiones a los palestinos que preservaran la posibilidad de una solución de dos Estados» (el subrayado es nuestro). Friedman lo formula como un hipotético «ultimátum» para Netanyahu:

Puedes anexionarte Cisjordania o puedes tener paz con Arabia Saudí y todo el mundo musulmán, pero no puedes tener las dos cosas, así que ¿cuál será? ¿No sería un debate interesante en la mesa del gabinete de Netanyahu?.

A primera vista, no es nada revolucionario (aunque Friedman lo disfrace como tal): Seguridad para Arabia Saudí a cambio de «renunciar» a la actual confiscación de tierras árabes palestinas en Cisjordania y «preservar la perspectiva de una solución de dos Estados«. Esta fue, después de todo, la base de la aún no implementada Iniciativa de Paz Árabe de 2002 (relanzada por MBS en la última reunión de la Liga Árabe) – y también la iniciativa de normalización de EAU que vio a «Israel» renegar de su quid pro quo palestino.

Entonces, ¿qué está pasando? ¿Por qué todos (Jake Sullivan, Brett McGurk y Antony Blinken) se precipitan de repente a Yeda? ¿Por qué esta repentina explosión de actividad? ¿Creen realmente que esta vieja «canallada» de la normalización saudí «obligaría a Netanyahu a abandonar a los extremistas de su gabinete y a hacer causa común con el centro-izquierda y el centro-derecha israelíes»; la «guinda» del plan Biden, como sugiere Friedman?

Dicho claramente, Biden está proponiendo que Netanyahu traicione a su gobierno -y lo más probable es que vaya a la cárcel (cuando deje de ser primer ministro). ¿Quién o qué detendría entonces a los colonos? Tienen su «sangre alzada». No sólo están «en» el gobierno de Netanyahu, sino que, en cierto modo, «son» el gobierno debidamente elegido. ¿Se imagina la Casa Blanca que capitularían dócilmente, gorra en mano, ante el requerimiento de Biden?

¿Y Mohammad bin Salman (MBS)? Ya ha obtenido garantías de seguridad para el reino, negociadas directamente con Irán y con China como garante. Está a punto de obtener un programa nuclear (en alianza con Irán y China) y está a punto de desempeñar un papel destacado en los asuntos regionales como parte del bloque SCO-BRICS.

El factor decisivo de la reacción de MBS a la propuesta, por supuesto, es probablemente el eterno rompedor de acuerdos: Durante más de dos décadas, Estados Unidos ha insistido en el cese de los asentamientos judíos en Cisjordania. Nunca se ha producido. ¿Por qué iba MBS a ofrecer un regalo a Biden, a quien no aprecia, sabiendo que los asentamientos no se detendrían, ni siquiera bajo un gobierno israelí de centro-izquierda?

Entonces, ¿Qué es precisamente lo que se esconde «bajo la mesa»? Friedman lo revela:

 … reducir las relaciones entre Arabia Saudí y China – sería un cambio de juego para Oriente Medio, mayor que el tratado de paz de Camp David entre Egipto e Israel.

Y continúa:

A Estados Unidos no le hicieron ninguna gracia los informes del año pasado de que Arabia Saudí estaba considerando aceptar el renminbi chino para fijar el precio de algunas ventas de petróleo a China en lugar del dólar estadounidense. Con el tiempo, dado el peso económico de China y Arabia Saudí, eso podría tener un impacto muy negativo en el dólar como divisa más importante del mundo. Habría que anularlo. Estados Unidos también quiere que los saudíes reduzcan sus tratos con gigantes tecnológicos chinos como Huawei.

Ahh – aquí llegamos al meollo. La secretaria Yellen realizó recientemente una visita de dos días a Pekín que inexplicablemente se extendió a cuatro días. Poco se dijo sobre los detalles de estas conversaciones en la prensa occidental. Insólitamente, tampoco se informó mucho en China. Sin embargo, los informes sugieren que su principal objetivo era persuadir a los chinos para que reanudaran sus compras de bonos del Tesoro estadounidense. Durante el estancamiento del límite de la deuda en el Congreso estadounidense, las tenencias de efectivo del Tesoro se redujeron casi a cero; ella necesita vender 1,1 billones de dólares del Tesoro a alguien… ¡con urgencia!

Parece que Yellen no recibió ninguna promesa de China. No hay ninguna posibilidad de que China compre bonos del Tesoro: vendieron otros 20.000 millones de dólares de bonos del Tesoro que tenían en mayo, (los detalles publicados sobre las tenencias del Tesoro de EE.UU. están deliberadamente retrasados por las autoridades).

Este es el quid de la cuestión: Biden está desesperado por conseguir que Riad compre bonos del Tesoro y siga haciéndolo. La visita del equipo a Jeddah es, de hecho, una repetición de la negociación de los años setenta de Kissinger que dio origen al petrodólar y que obligó al Reino a comprar y mantener instrumentos de deuda del Tesoro.

Hoy, la situación del dólar es mucho más delicada. La inflación y los tipos de interés han subido y el valor de los bonos ha bajado. La deuda estadounidense se ha disparado y sólo los pagos de intereses de esa deuda van a alcanzar un billón de dólares al año. Y lo que es más importante, amplios sectores del mundo están empezando a comerciar con divisas distintas del dólar.

Por lo tanto, el comercio saudí de petróleo en renminbi es una «luz roja» intermitente, entre las muchas luces de advertencia de este tipo que parpadean en todo el mundo. Todas señalan el deseo de «desvincularse» tanto de las instituciones de Bretton Woods como de su sistema financiero colonial.

Riad está luchando actualmente, en coordinación con Moscú, para romper un aspecto del «sistema»: el control de Occidente sobre los precios de las materias primas, incluido el precio del petróleo. Si ése es el objetivo de MBS -en el que está teniendo cierto éxito al fijar el precio del barril marginal-, ¿por qué demonios se lanzaría de nuevo a la hegemonía mundial del dólar y rompería también sus buenas relaciones con China?

Es preocupante. Todo el esquema habla de una Casa Blanca alejada de la realidad… y desesperada. (De ser así, qué diría esto sobre su futuro manejo de Ucrania y la gestión estadounidense de sus relaciones con Rusia).

Traducción nuestra


*Alastair Crooke, es un exdiplomático británico y es el fundador y director del Foro de Conflictos con sede en Beirut, una organización que aboga por el compromiso entre el Islam político y Occidente.

Fuente original: English Almayadeen

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